“Hay diadas castelleras tradicionales que difícilmente podrán cambiar de horario, pero, en cambio, sí que hay ciertas medidas de prevención que ayudarían a garantizar la seguridad de los castellers y del público, y a disminuir los efectos del calor”, asegura Óscar Saladié, coordinador del estudio de la Universidad Rovira i Virgili (URV) que analiza los efectos del cambio climático en el mundo casteller. Ha aumentado el calor, pero también la humedad y, por tanto, la sensación térmica de todos los que están en la plaza, según comprobaron recorriendo muchas localidades el pasado verano e instalando sensores para registrar los datos del mercurio.
