El primer ministro serbio, Milos Vucevic, ha dimitido este martes “para no seguir aumentando la tensión en la sociedad”, según ha dicho en una comparecencia sin preguntas. El anuncio se produce después de casi tres meses de manifestaciones diarias contra el Gobierno en las calles de la capital, Belgrado. El accidente sufrido el pasado 1 de noviembre en una estación de tren de Novi Sad, la segunda ciudad del país, donde la caída de un techo mató a 15 personas e hirió a otras 30, derivó pronto en acusaciones de corrupción contra el Ejecutivo de Vucevic que congregaron cada día a miles de ciudadanos, principalmente estudiantes, en protestas en la capital.
