Las obsesiones políticas manipuladas por las redes sociales se convierten en bombas incontrolables. Un gramo de verdad se transforma en un kilo de teorías de la conspiración. Facebook y X han viralizado en los últimos días, con cientos de miles de repeticiones, la acusación de un usuario contra Keir Starmer, el primer ministro británico, de legalizar el incesto, y permitir “los matrimonios entre familiares, hermanos y hermanas, padres e hijos, hijos y madres”. La diatriba va a acompañada de un vídeo de unos 40 segundos en el que el diputado conservador Richard Holden relata los supuestos problemas de salud que acarrea el matrimonio entre primos hermanos, y pregunta al premier durante un debate en la Cámara de los Comunes que se produjo en marzo pasado “si se lo va a pensar antes de ordenar a sus jefes de grupo parlamentario que bloqueen la legislación propuesta”, que prohibiría la unión entre dos primos carnales. La respuesta de Starmer es escueta: “Ya hemos adoptado una posición concreta respecto a esta ley”.
