
La obra del escritor húngaro László Krasznahorkai, flamante ganador del Premio Nobel de Literatura 2025, mantiene una relación profundamente estrecha con el cine, en especial con el de su compatriota Béla Tarr, con quien ha desarrollado una de las colaboraciones más singulares de la historia del cine de autor europeo. Ambos creadores han trabajado en varias películas, ya sea adaptando la propia obra del autor o coescribiendo guiones. Su vínculo va más allá de la simple adaptación literaria: se trata de una simbiosis estética y filosófica. Krasznahorkai proporciona la sustancia narrativa (con un tono generalmente apocalíptico) y la densidad moral; y Tarr, por su parte, traduce esa visión a imágenes de una belleza muy particular y un ritmo hipnótico. Ambos comparten una concepción del tiempo, la desesperanza y la condición humana como procesos lentos, circulares, casi inmóviles, a los que el espectador debe enfrentarse.
