Si vamos a comprar carne de pollo, es posible que nos encontremos pechugas con estrías blancas. Se trata de algo relativamente frecuente. Tanto, que quizá no le hayamos dado importancia y nos parezca de lo más normal. Pero en realidad es un problema que afecta a la calidad de la carne y que preocupa a los productores porque puede suponer notables pérdidas económicas.
