No pocos ajedrecistas actuales, profesionales y aficionados, incluyen hoy en su repertorio de aperturas con las piezas blancas el Sistema Colle. Muchos lo hacen por su extraordinaria solidez y, por tanto, para evitar sustos derivados de profundas preparaciones con ayuda de computadoras muy potentes. Pero, muy probablemente, la gran mayoría de ellos no saben que el inventor de esa estructura fue una ajedrecista que merece ser inmortal, y no sólo por esa apertura, a pesar de que murió muy joven (1897-1932) tras sufrir cuatro úlceras gástricas de las que nunca se quejó en público. Su lista de torneos ganados incluye varios (Ámsterdam 1926, Merano 1926, Scarborough 1927 y Scarborough 1930) frente a rivales muy fuertes.
